jueves, 19 de noviembre de 2009

historia de un adolecenta


Mis amigos y yo acabamos de salir del cine. Somos cinco, pero uno de nosotros ya tiene que irse para casa. Somos jóvenes de unos 16 años el que más caminando alegremente por las calles de Granada. En cuanto a apariencia, vamos más bien normalitos. No somos heavys, ni pijos, ni raperos. No llevamos marcas super-caras ni móviles de última generación. Tampoco llevamos harapos en lugar de ropas ni vamos rebuscando comida en la basura. Como ya he dicho, somos personas normales comentando la película que acaban de ver.Entonces, en nuestra misma acera, vemos a cuatro tíos viniendo hacia nosotros. Llevan pendientes, el pelo con mechas rubias y algunos son de tez morena. Son del tipo de gente con la que no te gusta tener contacto, el tipo de gente de la cual te previenen tus padres, la que sueles ver metida en líos. Son del tipo de gente que cruzas la acera nada más verlos, y eso fue lo que hicimos mis amigos y yo. Ya habíamos tenido malas experiencia con esa gente y no queriamos que se repietiesen. Ellos nos ven, huelen el miedo que sentimos hacia ellos y se nos acercan:-¿Tenéis un sigarro? -No tío no fumo.-¿Y tenéis un euro? -No, no tenemos ná.Conseguimos cruzar la calle y nos alejamos. Son alrededor de las 10, y en la calle en la que estamos hay muy poca gente. Ellos nos persiguen. Pregunto a mis amigos:-¿Corremos o qué? -Pues habrá que correr ¿no?.Echamos a correr. Esos tíos corren detrás nuestra. Llegamos a una calle algo más concurrida pero sigue sin haber apenas gente. Finalmente alcanzan a uno de nosotros, el cual pega un grito y el resto nos damos la vuelta para plantarles cara. Uno de ellos grita:-¡Seréis cabrones! ¡Nos habéis hecho correr!Algo en mi interior quiere reirse a causa del comentario, pero no considero la carcajada adecuada para la situación.Nos agarran, empujan e insultan. Ahora es cuando por fin me puedo fijar bien en ellos. Son unos siete u ocho (al parecer otra pandilla se había unido a los cuatro del principio) y todos nos superan con creces en edad, estatura y corpulencia. Tienen unos 18 años y estos si que llevan ropas de marcas caras, además de collares, pendientes y pulseras de oro. Nosotros sólo somos cuatro. Nos piden los móviles y el dinero. Nadie acude en nuestra ayuda. Un amigo mío se ve forzado a darles el móvil y otro les da el billete de 10 € que llevaba en el bolsillo. Se van. Hemos tenido suerte, se conforman con muy poco botín, aún pudiendo habernos sacado más.Nos embarga la impotencia y la rabia. Nos tiemblan las piernas y estamos exhaustos de tanto correr. Desde entonces salimos a la calle con miedo, siempre alerta.El grupo de tíos que nos atracaron forman parte de una tendencia mucho mayor y extendida no solo por Andalucía sino tambien por el resto de España. Son los YONIS(en Granada) o CANIS. ¿Necesitaban el dinero o el móvil? Yo creo que no. Esta misma situación que os he descrito pasa asiduamente en otros lugares de mi ciudad y de muchas otras.

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